Título: Mil Soles Espléndidos
Autor: Khaled Hosseini
Editorial: Salamandra
Páginas: 384
Sinopsis.
El libro cuenta la conmovedora
historia de amistad entre dos mujeres afganas de orígenes muy dispares, cuyos
destinos se entrelazan por obra del azar y de las convulsiones que ha sufrido
Afganistán en los últimos treinta años. Hija ilegítima de un rico hombre de
negocios, Mariam se cría con su madre en una modesta vivienda a las afueras de
Herat. A los quince años, su vida cambia drásticamente cuando su padre la envía
a Kabul a casarse con Rashid, un hosco zapatero treinta años mayor que ella. Casi
dos décadas más tarde, Rashid encuentra en las calles de Kabul a Laila, una
joven de quince años sin hogar. Cuando el zapatero le ofrece cobijo en su casa,
que deberá compartir con Mariam, entre las dos mujeres se inicia una relación
que acabará siendo tan profunda como la de dos hermanas, tan fuerte como la de
madre e hija. Pese a la diferencia de edad y las distintas experiencias que la
vida les ha deparado, la necesidad de afrontar las terribles circunstancias que
las rodean —tanto de puertas adentro como en la calle, donde la violencia
política asola el país—, hará que Mariam y Laila vayan forjando un vínculo
indestructible que les otorgará la fuerza necesaria para superar el miedo y dar
cabida a la esperanza.
"Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas, o los mil soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros."
Opinión.
Esta es una novela histórica que nos habla
de Afganistán desde los años 70, pero de igual manera vemos la historia de
Mariam y Laila, con edades, orígenes y maneras de pensar distintas, pero que
sus caminos se cruzan en un momento en el que las guerrillas en su país
cobrarán la vida de miles de civiles.
Todo empieza cuando Mariam
era una pequeña niña de cinco años. Ella vivía en una pequeña choza cerca de
Herán con su madre, cada jueves esperaba ansiosa la visita de su padre, quien
la trataba con mucho amor. Yalil, vivían Herán con sus tres esposas e hijos,
era uno de los hombres más Acaudalados. Mariam era su hija ilegítima, razón por
la que las tenía viviendo apartadas de todo el mundo.
Mariam
no conocía ni la casa de Yalil, ni a las esposas, ni sus hermanas, ni los cines
de los que tanto hablaba y que era dueño. Para su cumpleaños 15 Mariam le pidió
a su padre que la llevara a uno de sus cines a ver una de las películas que
tanto le hablaba. Yalil aceptó a regañadientes. Mariam quería sentirse su hija
de verdad, como las otras, las que vivían en su casa grande en Herán, ir al
escuela, verlo más seguido, demostrar que su madre mentía cuando le decía
cuando le hacía ver que era una hija no deseada.
Evidentemente
el día de su cumpleaños su padre no apareció, pero ella decidió ir a su casa
donde no le abrió y la dejó dormir en la calle afuera del portón. Al llegar a
casa, Mariam ve que su madre se había ahorcado y de la manera menos deseada
Mariam ve cumplido uno de sus sueños, se va a vivir a la casa grande de Herán.
Claro que las esposas de Yalil, no tardan en deshacerse de ella casándola con
un hombre mayor de Kabul, Rashid un zapatero cuarentón y viudo. A pesar de las
súplicas, Yalil lo permite, por lo que Mariam rompe relaciones con él para
siempre. En un principio Rashid resulta ser un esposo cariñoso, lleno de
atenciones, pero tras una serie de abortos empieza tratar la peor que nada, y a
golpearla por el más insignificante motivo.
Los años pasaron
y la Unión Soviética invadía Afganistan, mientras tanto frente a la casa de
Rashid Y Mariam crecía una pequeña niña llamada Laila hija de un profesor quien
no sólo estaba feliz que Laila acudiera al escuela y le daba clases en casa
para que estuviera más adelantada, también estaba en contra de casar a Laila
tan joven y quería que fuera a la universidad. En cambio, la madre era una
mujer que vivía sumergida en las depresión desde que sus hijos se fueron a la
guerra para que los comunistas se fueran de Afganistán. Cuando les notifican la
muerte de sus hermanos, su madre empeora, volviendo a Laila una niña muy
independiente y madura.
Cuando los
comunistas se van de Afganistán se desata una guerra civil casas, hospitales,
edificios eran bombardeados a diario por guerrilleros que entraban las casas
violaban y asesinaban mujeres. Cuando Laila y sus padres se deciden abandonar Afganistan, un misil cae en su casa dejándola
huérfana y en la calle. Rashid rescata a Laila de entre los escombros y le da
posada. Con el tiempo Laila y Mariam se hacen las mejores amigas para Mariam,
Laila es una hija que nunca tuvo y para Laila, Mariam es la madre amorosa que
siempre deseo. Junta enfrentan la vida bajo el yugo de Rashid y un Afganistán
que cambia el significado de ser mujer con la llegada de los talibanes al
poder.
Algo que igual
me ha conmovido es ponerme en el lugar del autor y plasmar en lo que se ha
convertido su país, una tierra árida, pobre, abandonada a la buena de Dios y
carente de derechos humanos. Es una novela muy fuerte, pero sin duda te
envuelve, la empatía hace que al terminar la lectura sientas un hueco en el
corazón, pero al mismo tiempo es un poema, cada descripción, cada pensamiento,
cada sentimiento los haces tuyos. En lo personal pienso que los mejores libros
son con los que conectas, los que te hacen sentir, los que te hacen vibrar y
con este libro me saltaron las lágrimas de alegría, las lágrimas de dolor, de indignación,
lágrimas de empatía, porque ahí afuera hay muchas Mariam y Laila, no hay
ficción es esta novela. Nunca pensé en conectar con un personaje como Mariam,
sumisa, temerosa, resignada pero te metes tanto en la novela que en lugar de
criticarla solo deseas meterte al libro y darle la mano, transmitirle fuerza,
rescatarla.
Este libro me ha
llegado a lo más profundo del corazón y no porque me identifique, sino porque
el autor me hizo sentir en lo más profundo el sufrimiento de un país, de un
pueblo, y de las mujeres. Ser mujer es una condena de muerte no hay acceso a la
educación, ni a los mínimos servicios de salud, el simple hecho de hacer ruido
al caminar es motivo para hacer lapidada.
Comentarios
Publicar un comentario